La conquista de la quinta Copa de Europa ante el Eintracht de Frankfurt (7-3), calificada como la mejor final de la historia, fue el billete para disputar la primera Copa Intercontinental.
El Real Madrid disputó la final de la Copa Intercontinental como campeón de Europa, una condición que se ganó brillantemente al conquistar su quinta Copa de Europa ante el Eintracht de Frankfurt en el estadio Hampden Park escocés. Aquella final, disputada el 18 de mayo de 1960, pasó a los anales de la historia del fútbol como la mejor final de todos los tiempos. Los madridistas Puskas y Di Stéfano fueron los héroes del partido con 4 y 3 goles respectivamente.
La trayectoria blanca hacia la conquista de su quinta Copa de Europa no fue fácil. Excluido de la primera ronda por ser el vigente campeón, el Real Madrid debutó en octavos de final ante el conjunto luxemburgués del Jeunesse d´Esch al que ganó por partida doble. En el estadio Santiago Bernabéu le endosó un 7-0 que dejaba la eliminatoria vista para sentencia. Puskas (3), Herrera (2), Di Stéfano y Mateos, fueron los goleadores. En el partido de vuelta disputado en Esch, los blancos ganarían 2-5, esta vez con Mateos como principal protagonista al hacer un doblete.
En cuartos de final se vio las caras con el Niza francés, un rival de mayor entidad que puso en apuros al conjunto de Miguel Muñoz al vencerles por 3-2 en la ida celebrada en el estadio Leo Legrange de Niza. El Real Madrid necesitaba una remontada en Madrid y llegó en forma de goleada. 4-0 con goles de Pepillo, Gento, Puskas y Di Stéfano.
El Barcelona sería el rival en semifinales. Un duelo a priori apasionante debido a la rivalidad entre ambos equipos en la Liga española. El Real Madrid se impuso 3-1 en ambos partidos dejando patente su gran superioridad. Entre Puskas y Di Stéfano anotaron cinco de los seis tantos blancos de la eliminatoria. En la final esperaba el equipo alemán del Eintracht de Frankfurt que había dado una exhibición de juego arrollando al Glasgow Rangers en la otra semifinal por un resultado global de 12 a 4.
La mejor final de la historia El 18 de mayo de 1960 la ciudad escocesa de Glasgow albergó la que sin duda ha sido la mejor final de todos los tiempos. El Real Madrid goleó 7-3 al Eintracht de Frankfurt en el estadio Hampden Park, maravillando al mundo del fútbol por su exhibición y capacidad goleadora.
El poderío físico alemán quedó patente en el arranque del partido. El dominio del Eintracht se materializó con el primer tanto de Kress (0-1, min.18). Lejos de venirse abajo, el conjunto blanco despertó de su letargo y empezó a funcionar como una máquina perfecta gracias en gran medida a la sociedad Puskas-Di Stéfano y en tres minutos dio la vuelta al marcador con dos tantos de la Saeta (1-1, min. 27; y 2-1, min. 30). A partir de entonces, el Real Madrid pasó por encima de un rival que vería como el genial jugador húngaro le haría otros cuatro goles más (3-1, min. 45; 4-1, min.56; 5-1, min. 60; y 6-2, min.71) y Di Stéfano (7-3, min. 75) cerraría la goleada. Stein por partida doble, fue el autor del segundo y tercer gol alemán.
Puskas, cuatro goles
Hubo dos jugadores que brillaron por encima del resto: Puskas y Di Stéfano. Pero fue el primero la verdadera estrella del encuentro al marcar cuatro goles, una hazaña que está al alcance de muy pocos. Además, el húngaro fue el pichichi de la competición con 12 goles.
En cuartos de final se vio las caras con el Niza francés, un rival de mayor entidad que puso en apuros al conjunto de Miguel Muñoz al vencerles por 3-2 en la ida celebrada en el estadio Leo Legrange de Niza. El Real Madrid necesitaba una remontada en Madrid y llegó en forma de goleada. 4-0 con goles de Pepillo, Gento, Puskas y Di Stéfano.
El Barcelona sería el rival en semifinales. Un duelo a priori apasionante debido a la rivalidad entre ambos equipos en la Liga española. El Real Madrid se impuso 3-1 en ambos partidos dejando patente su gran superioridad. Entre Puskas y Di Stéfano anotaron cinco de los seis tantos blancos de la eliminatoria. En la final esperaba el equipo alemán del Eintracht de Frankfurt que había dado una exhibición de juego arrollando al Glasgow Rangers en la otra semifinal por un resultado global de 12 a 4.
La mejor final de la historia El 18 de mayo de 1960 la ciudad escocesa de Glasgow albergó la que sin duda ha sido la mejor final de todos los tiempos. El Real Madrid goleó 7-3 al Eintracht de Frankfurt en el estadio Hampden Park, maravillando al mundo del fútbol por su exhibición y capacidad goleadora.
El poderío físico alemán quedó patente en el arranque del partido. El dominio del Eintracht se materializó con el primer tanto de Kress (0-1, min.18). Lejos de venirse abajo, el conjunto blanco despertó de su letargo y empezó a funcionar como una máquina perfecta gracias en gran medida a la sociedad Puskas-Di Stéfano y en tres minutos dio la vuelta al marcador con dos tantos de la Saeta (1-1, min. 27; y 2-1, min. 30). A partir de entonces, el Real Madrid pasó por encima de un rival que vería como el genial jugador húngaro le haría otros cuatro goles más (3-1, min. 45; 4-1, min.56; 5-1, min. 60; y 6-2, min.71) y Di Stéfano (7-3, min. 75) cerraría la goleada. Stein por partida doble, fue el autor del segundo y tercer gol alemán.
Puskas, cuatro goles
Hubo dos jugadores que brillaron por encima del resto: Puskas y Di Stéfano. Pero fue el primero la verdadera estrella del encuentro al marcar cuatro goles, una hazaña que está al alcance de muy pocos. Además, el húngaro fue el pichichi de la competición con 12 goles.
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